Cuadernos de

Medicina Forense

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Bibliofilia M�dicolegal

 


Alfonso Galnares Ysern

Acad�mico Numerario de la Real Academia de Medicina de Sevilla


 

M�s que un libro, por su extensi�n puede calificarse de folleto monogr�fico y su tem�tica no es exclusiva de la Medicina Legal pero s� preferente, aunque el autor la generalice a toda la profesi�n diciendo textualmente que nada es m�s f�cil al m�dico que se le presente la ocasi�n de embalsamar el cad�ver de una persona de elevado rango. A pesar de todo hemos decidido traer esta obra a esta secci�n de la revista, por su inter�s hist�rico-bibliogr�fico, por describir unas t�cnicas que entonces y ahora han merecido muy poca atenci�n dentro de la literatura m�dica, y, sobre todo, porque estas t�cnicas son presentadas como originales y de mejores resultados que otras contempor�neas, por su autor, que se nos presenta en la introducci�n como taxidermista y conservador del Museo Anat�mico de la Facultad de Barcelona por especial encargo de Isabel II.

 

Dividido el texto en dos partes, seg�n se pretenda el embalsamamiento por tiempo definido o indefinido, lo primero que llama la atenci�n es que al primero le da la posibilidad de una duraci�n de incluso a�os, por lo que parece deducirse que lo que se llama tiempo definido es en referencia a la perfecci�n de la conservaci�n de las formas y de la expresi�n para dejar expuesto el cad�ver, poniendo como ejemplo los trabajos de embalsamamiento hechos por la mano de Ruisquio con la cita del beso de Pedro el Grande a un rostro de ni�o por parecerle con vida.

 

En la descripci�n de ambos m�todos encontramos de inter�s detalles de t�cnica en la mediaci�n del siglo XIX, los que a continuaci�n relacionamos. En primer lugar la ausencia por entonces del formol y su sustituci�n por etanol (esp�ritu de vino) y acetato de al�mina, junto con otras muchas sustancias, algunas de ellas t�xicas como las sales de Hg y Pb, la secci�n alta de es�fago seguida de flujo forzado de agua hasta su salida por ano, la sumersi�n preservativa de hasta sesenta d�as, la evisceraci�n solo en algunas t�cnicas, el embalsamamiento aparte del cerebro (en todos los casos) y del coraz�n (a petici�n de los deudos), para su conservaci�n por separado del resto del cad�ver, las incisiones en masas musculares cuando se utiliza la sumersi�n, el uso de vendajes en miembros y tronco y la revisceraci�n en algunos casos. Tambi�n del mayor inter�s las �ltimas operaciones de lavado, perfumado, vestido ("seg�n condici�n social"), barnizado, pintado al �leo y colocaci�n de ojos artificiales fabricados "por experto vidriero". Estas �ltimas maniobras recomendadas a practicar por el propio m�dico, ya que este debe ser poseedor de ciencia, arte e injenio (sic), con lo que conf�a en que un mal resultado no pueda da�ar su reputaci�n.

 

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� 2010  Cuadernos de Medicina Forense

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