Cuadernos de

Medicina Forense

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INTRODUCCI�N


Quiz�s el primer caso documentado que podr�a encuadrarse en lo que  hoy en d�a denominamos Antropolog�a Forense sea el llamado caso �Gouff�, relatado por J�rgen Thorwald en su libro �El Siglo de la Investigaci�n Criminal�. En �l se describe c�mo el profesor Alexandre Lacassagne, pat�logo y forense de la Universidad de Lyon �arranc� el secreto que guardaba el cuerpo irreconocible de un hombre encontrado en el interior de un ba�l�. Corr�a el a�o 1889 y la Medicina Forense se encontraba en sus inicios.

 

Desde entonces el estudio de los restos humanos ha evolucionado de manera formidable, particularmente tras su consolidaci�n como disciplina aut�noma y ordenada en los a�os �70 en los Estados Unidos de Am�rica.

 

Si hoy en d�a, en un hipot�tico examen me preguntaran: la Antropolog�a Forense es: a) una �subdisciplina� de la Antropolog�a; b) una especialidad de la Medicina Forense; c) todas las anteriores; d) ninguna de las anteriores; creo que podr�a responder, sin temor a equivocarme, que la verdadera respuesta es una que este test no contempla: c y d son verdaderas. La historia nos indica que los or�genes de la Antropolog�a F�sica y la Medicina Forense moderna se dan la mano, y la especial relaci�n entre ambas en lo relativo a la resoluci�n de las cuestiones de identidad del sujeto vivo y del cad�ver, especialmente en los casos de restos humanos. Por otra parte, la Antropolog�a Forense debe dar respuesta no s�lo a los aspectos identificativos, sino al diagn�stico de la causa de la muerte y de sus circunstancias, como en cualquier caso de muerte violenta o sospechosa de criminalidad. Pero la evoluci�n sufrida en estas �ltimas tres d�cadas ha sido tal que, sin duda, la Antropolog�a Forense, tal como la concebimos y la practicamos en la actualidad, ha conseguido la emancipaci�n de sus fuentes originales, habiendo desarrollado su propio cuerpo de conocimientos y su propio campo de actuaci�n.

 

Los procesos de investigaci�n y reparaci�n derivados de la represi�n pol�tica perpetrada en los a�os �70 y �80 por las dictaduras militares gobernantes en el cono sur latinoamericano, responsable de la desaparici�n de millares de ciudadanos, sentaron un hito en la evoluci�n de la Antropolog�a forense.

 

La falta de formaci�n espec�fica de los cuerpos forenses gubernamentales en los procesos de recuperaci�n y an�lisis de restos humanos, entre otras causas, propici� la creaci�n de equipos formados a partir de la tradici�n norteamericana, aportando dos elementos que ser�n clave en la futura evoluci�n de la disciplina: (1) su car�cter multidisciplinar y (2) su cometido humanitario; elementos que va a desarrollar en experiencias posteriores en otros contextos, tanto en casos relacionados con la violaci�n de derechos humanos, como en situaciones de cat�strofe, trascendiendo su papel m�s all� de la mera aplicaci�n a casos criminales comunes. A ello ha contribuido notablemente el soporte y el est�mulo de organizaciones como el Comit� Internacional de la Cruz Roja (CICR), especialmente en los pa�ses con menos recursos.

 

La progresi�n que la disciplina ha sufrido en los �ltimos a�os y el creciente inter�s que despierta es, por tanto, innegable, como se demuestra por el paulatino incremento en actividades formativas y en publicaciones cient�ficas derivadas de una mayor investigaci�n y una mayor experiencia pr�ctica. Buena prueba de ello es este n�mero monogr�fico que, con tanto empe�o y acierto, ha promovido la revista Cuadernos de Medicina Forense a cuyo comit� editorial agradezco la iniciativa y felicito por la calidad de su contenido.

 

No obstante, la evoluci�n de la Antropolog�a Forense en el contexto europeo e iberoamericano ha sido heterog�nea, atendiendo a las distintas necesidades y escenarios socio-pol�ticos y, por ende, a los requerimientos espec�ficos de la Administraci�n de Justicia de cada pa�s.

 

Los poderes p�blicos no deben seguir eludiendo su responsabilidad en proporcionar los medios que permitan la adecuada gesti�n de los restos humanos en el �mbito forense, impulsando la necesaria creaci�n de servicios especializados en el seno de los sistemas forenses gubernamentales y facilitando la formaci�n de expertos.

 

La carencia de una titulaci�n espec�fica, de procedimientos de certificaci�n y acreditaci�n de profesionales y laboratorios y la necesidad de unificar criterios diagn�sticos, son retos a los que debemos enfrentarnos en el futuro m�s pr�ximo. Para ello es fundamental el papel que han de desempe�ar asociaciones como ALAF (Asociaci�n Latinoamericana de Antropolog�a Forense), FASE (Forensic Anthropology Society of Europe) y, en nuestro pa�s, AEAOF (Asociaci�n Espa�ola de Antropolog�a y Odontolog�a Forense) aportando espacios de discusi�n cient�fica y profesional que faciliten la consecuci�n de estos y otros objetivos. Por supuesto, con la implicaci�n y el trabajo de todos nosotros.

Jos� Luis Prieto Carrero

 

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� 2010  Cuadernos de Medicina Forense

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