Bibliofilia Médicolegal

Alfonso Galnares Ysern

Académico Numerario de la Real Academia de Medicina de Sevilla

Este libro editado en el primer tercio del siglo pasado es un tratado de Técnica Anatómica, que todavía puede leerse en busca de detalles para su aplicación a la práctica diaria de las autopsias médico-legales. Escrito por el Profesor Enrique Emilio Franco, que según consta en la portadilla ejerció en Lisboa y Venecia y que además de Anatomía Patológica enseñó Patología General, ha sido motivo de inspiración directa, que sepamos, de al menos dos de los más destacados tratadistas de nuestro país.

Titulado como Manual-Atlas, hace honor a este nombre en cuanto la iconografía, si bien no tiene la perfección a la que hoy se llega con las modernas técnicas de impresión está realizada con gran habilidad, consiguiendo que sea tan demostrativa como para mejorar otras imágenes de libros muy posteriores. Muestra de las limitaciones editoriales de la época se ve en el hecho de que en esta primera edición que tenemos delante, se hace constar que contiene grabados en negro y color, cuando este solo aparece en algunas imágenes, que son las menos, en forma de simples líneas rojas indicativas de la dirección de determinadas incisiones.

Lo más importante es que las descripciones se detienen no solamente en la acción de la mano que interviene y en la manera del manejo del instrumental, sino que también describe la posición de la otra mano y la actividad del ayudante, lo que crea una exhaustividad operatoria de seguimiento infalible.

En ningún momento se refiere a los aspectos propios de la autopsia médico-legal, lo que quizás no sea tan necesario, pues la Medicina Legal no requiere más que la perfección en las necropsias. Lo que sí se aprecia es que, de acuerdo con su época, se da una importancia distinta a patologías entonces más frecuentes, como por ejemplo en la autopsia del corazón dedicar mucho más a la patología valvular que a la coronaria, aunque el haberle a esta dedicado un párrafo ya en 1926 supone un adelanto de conocimientos patológicos. También hay que hacer notar, que de las vigentes, describe la técnica de autopsia de Virchow y que se ocupa más tiempo de las hoy abandonadas de Griesinger, Pitres-Marie y Flechsig-Marie.

El libro, sin prologar, lo que vemos como un signo de autoridad y autosuficiencia, que hoy sería insólito, consta de una primera parte de generalidades e instrumentación, una segunda de examen externo, técnicas ordinarias, autopsia del feto y del recién nacido y reconstrucción del cadáver y una última con técnicas especiales, conservación de órganos, normas de redacción de protocolos y una muy completa colección de tablas de dimensiones y pesos, algunas de ellas difíciles de encontrar en otros textos.

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