Bibliofilia M�dicolegal

Alfonso Galnares Ysern

Acad�mico Numerario de la Real Academia de Medicina de Sevilla

Aun sin demasiada antig�edad, merece esta obra figurar en esta Secci�n de la Revista por poderse considerar como un cl�sico en honor a sus autores, Piga, �guila Collantes y Aznar, quienes en 1935 la confeccionaron como temas de contestaci�n a las oposiciones de M�dicos Forenses del siguiente a�o, en la que obtuvo plaza el que fue catedr�tico de medicina Legal de Sevilla Dom�nguez Mart�nez. El ejemplar al que hemos tenido acceso lleva en la portadilla el sello de �guila Collantes, lo que hace suponerle un valor a�adido por haber pertenecido a la biblioteca de uno de los autores.

Encuadernado en tres tomos, en los que se desarrollan en 1282 p�ginas los 194 temas que ped�a el programa, son de distinta extensi�n, siendo el de Psiquiatr�a la mitad del de Medicina Legal y el doble del de Toxicolog�a. El hecho de haberse tenido que atener a los tiempos establecidos para cada tema en los ejercicios de oposici�n hace que todos hayan tenido que adaptarse m�s a los minutos concedidos para su desarrollo que a su importancia relativa. Esto no resta valor a la obra en el sentido de haber dejado un fiel retrato de los conocimientos medicolegales entonces exigibles, con las caracter�sticas propias de su �poca, de la total ausencia de datos estad�sticos, del alarde de cultura extram�dica y de la falta de confrontaci�n con otros autores, aunque sin prescindir de citas de tratadistas, casi siempre franceses, en apoyo de las propias teor�as. Tambi�n en concordancia con la �poca, est� el predominio de las descripciones cl�nicas sobre las anal�ticas en Toxicolog�a, la amplia dedicaci�n a la Neurosis y a la Sexolog�a y el detalle con que se tratan ciertos temas como la bacteriolog�a de la putrefacci�n.

Llama la atenci�n la vigencia de la mayor�a de los temas de Medicina Legal, en contraste con lo obsoleto de los restantes, expres�ndose en aquellos con t�rminos hoy en desuso, como coprolagnia, escaptofilia y pitiatismo e incluso proponiendo neologismos, tales como herculismo para llamar as� al sadismo y babelismo paranoide para denominar a la reacci�n ps�quica de los enfermos aislados del entorno por deficiencia total auditiva.

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