EDITORIAL

El cuello, qué duda cabe, es una de las estructuras mas importantes en Medicina Legal, tanto por el número como por la peculiaridad y gravedad de los problemas que plantea. ¿A quien se le escapa la tan distinta evolución que sigue una lesión similar en un accidente de tráfico en dos personas distintas? ¿Cuantas consultas, interconsultas, estudios complementarios, tratamientos, etc. requiere un lesionado de tráfico que fue diagnosticado en su día como esguince cervical leve por latigazo cervical? ¿A cuánto asciende el montante de las indemnizaciones derivadas de lesiones o secuelas de lesiones en el cuello?

Como origen de la causa de la muerte, el cuello es el sitio predilecto de actuación de los mecanismos asfícticos en general, tanto por ser el lugar de obligado de paso del aire hacia los pulmones, como de la sangre al cerebro, sin olvidar que en él se sitúan receptores de los mecanismos nerviosos implicados en las llamadas muertes funcionales o por inhibición, y así encontramos que casi  la mitad de la asfixiología se concentra en esta región (estrangulación, ahorcadura, sofocación intrínseca...etc) y que gran parte de los traumatismos que asientan en esta parte de la economía conduce a la muerte como consecuencia de lesión directa de las importantes estructuras contenidas (degüello, contusiones, fracturas vertebrales que inciden sobre centros neurológicos vitales...)

La trascendencia de esta región anatómica nos llevó a considerar la posibilidad de realizar un número de nuestros Cuadernos de Medicina Forense dedicado específicamente al cuello, para lo que fuimos reservando artículos relacionados con el tema desde hace algún tiempo. El volumen y la calidad de los mismos, especialmente en lo que se refiere a páginas con fotografías, muchas de ellas a todo color, nos rompía presupuestariamente todos los esquemas, por cuanto suponía un desembolso muy superior al de dos revistas normales. Ante esto, nos quedaban dos opciones: editar el número monográfico dedicado al cuello de forma independiente de la revista, y venderlo a su precio de coste (esta publicación no tiene beneficios), o hacernos a la idea de que se trataba de dos números distintos de la revista pero encuadernados conjuntamente para que no perdiesen su conexión substancial. Hemos optado por la segunda opción, que creemos será más del agrado de nuestros lectores, que así disponen de toda la información reunida y sin que se produzcan desfases presupuestarios que, a la larga, pueden interferir en la calidad de números posteriores.

Desde aquí, nuestro agradecimiento a todos cuantos, con su interés y dedicación, han hecho posible que estos dos números vean la luz a tiempo de poder leerlo en la playa.

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