Cuadernos de

Medicina Forense

  Inicio | Presentaci�n | Revista | Cuerpo Editorial | Normas de Publicaci�n Suscripciones | Contacto   

NOTA DE OPINI�N

 


 

Una alerta en �frica

 

Reacio, como la mayor�a de los compa�eros, a publicar nuestras experiencias profesionales en el Bolet�n de la Revista de la Asociaci�n. Hoy rompo esta inercia y presento estas l�neas con la esperanza de despertar esta inquietud a la vez de dar a conocer una pr�ctica profesional pocas veces repetible.

 

El reciente accidente a�reo conocido como Accidente de Tres Forcas en el vecino continente africano, ha supuesto una vez m�s la difusi�n en los diferentes medios de comunicaci�n, del quehacer m�dico forense en uno de sus aspectos m�s singulares (la identificaci�n cadav�rica y el estudio de las lesiones y causas de la muerte en v�ctimas de accidentes a�reos).

 

Para situar al lector que por cualquier circunstancia no haya seguido o no conozca dicho accidente, las principales referencias del mismo son:

 

En la ma�ana del pasado d�a 25 de septiembre, el primer vuelo del d�a de la privada compa��a PAUKN-AIR, vuelo PV 4101 que hace el trayecto M�laga-Melilla  los d�as MXJVS, con salida a los 8:15 h. y llegada a las 8:50 h., no lleg� a su destino porque a las 8:45 h. ya  sobre la vertical del "Cap des Trois Fourches" (Cabo de Tres Forcas), el avi�n un Tetrarreactor BAE-146-British Aerospace de 86 plazas, con 34 pasajeros y 4 tripulantes, choc� contra una colina de la aldea costera marroqu� del poblado de Cap Dinya a 12 km. del enclave espa�ol en Marruecos, Melilla.

 

Sobre las causas del suceso, en el momento de redactar la presente comunicaci�n no existe versi�n oficial. Despu�s de haber tenido la oportunidad de visitar el lugar del siniestro en compa��a de un grupo de investigadores aeron�uticos tengo el convencimiento que un problema de niebla llev� al piloto a realizar una maniobra de aproximaci�n de baja visibilidad en la senda equivocada golpeando la aeronave con la cima de la monta�a para terminar estrell�ndose en suelo marroqu� perteneciente a la ciudad de Nador.

 

La circunstancia de que mi primer destino como M�dico Forense fuese la ciudad de Melilla, unido a los lazos de amistad all� forjados, y la proximidad geogr�fica al depender judicialmente de la Audiencia Provincial de M�laga (mi destino actual), fueron las causas principales para que en un evento como �ste, junto a otros compa�eros, me desplazara a Melilla para trabajar en la apremiante y penosa tarea de identificaci�n y determinaci�n de las causas de la muerte.

 

Profesionalmente he tenido la experiencia de haber participado en otro importante accidente a�reo, el ocurrido en M�laga en el a�o 1.982 con 52 v�ctimas mortales, sin duda que me ayud�, sin embargo, puedo asegurar que cada evento es diferente.

 

Mis conocimientos me facilitaron un inmediato desplazamiento sabiendo donde y que personas pod�an hacerlo posible.

           

En estos casos, la burocracia tambi�n es lenta, y si t� estas convencido de que puedes y debes colaborar no hay que esperar. Jueces Instructores con no mucha experiencia y el desconcierto de los primeros momentos, pueden provocar que las primeras tareas de: campo, clasificaci�n, y traslado de cad�veres, se realicen sin una metodolog�a  adecuada.

 

Pero sin duda el mayor problema y peligro a la vez, es el intrusismo, punto sobre el que quiero hacer �nfasis. Si de algo sirven estas l�neas, quisiera que lo fueran para reivindicar competencias claramente m�dico forenses, pero que la dejaci�n por hacer valer nuestros derechos nos ha conducido a perder.

 

Las personas que me conocen, saben del respeto, admiraci�n y afecto que me une a los distintos grupos de la Polic�a Judicial de la Polic�a Nacional y de la Guardia Civil, quiz�s m�s cerca todav�a de los Gabinete de Identificaci�n; por ello, que nadie juzgue equivocadamente mis palabras.

 

Cuando llegas a las improvisadas "Morgues" y encuentras a m�s de cincuenta personas, todos con batas, manipulando cad�veres no s�lo tomando fotograf�as o rese�a necrodactilar, sino con bistur� en mano cortando la piel en busca de una f�rmula dental, y ninguno de ellos es M�dico Forense, pienso que algo falla.

 

Por fortuna y acierto la situaci�n se reconduce de forma inmediata, �pero que hubiera sucedido si en vez de tardar unas horas llegamos al d�a siguiente?.

 

Sabemos de la penuria y escasez de medios materiales con los que los M�dicos Forenses Andaluces realizamos las autopsias; pero nunca ello puede justificar el abandono de funciones que supone dejar en manos de tercero una competencia m�dico forense por definici�n.

 

Establecer donde empieza y donde acaba el trabajo del M�dico Forense para dejar paso a la Polic�a Cient�fica no representa duda, un cad�ver no debe ser manipulado por una persona que no sea M�dico Forense. En los �ltimos tiempos, la falta de recursos materiales y humanos ha motivado que la toma de fotograf�as e incluso la toma de los dactilogramas (necrorrese�as), est� en manos de la Polic�a Cient�fica.

 

La identificaci�n cadav�rica, igual que la de una persona viva no podr� ser completa, cient�fica y satisfactoria, sin la participaci�n conjunta pero coordinada de los distintos peritos; Forenses unos, y Policiales otros.

 

En el suceso de Tres Forcas, el  �xito de conseguir la identificaci�n de las 38 v�ctimas en cuarenta y ocho horas, fue posible gracias a una acertada labor de coordinaci�n facilitada por las distintas autoridades que supieron poner los medios que eran requeridos en todo momento.

 

Por todo lo mencionado, quiero dejar encendida la alerta, ya que no es de extra�ar que de continuar en esta tolerancia y dejaci�n de funciones, sigan produci�ndose situaciones anacr�nicas de "OUTSIDE".

 

Antonio Garc�a de G�lvez

M�dico Forense de M�laga.

 

Volver

 

� 2010  Cuadernos de Medicina Forense

Dise�o Web: Manuel Galv�n