Cuadernos de

Medicina Forense

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Cuad Med Forense 1997 9:3-22

Las lesiones ps�quicas en el derecho penal.

 

II JORNADAS ANDALUZAS SOBRE VALORACI�N DEL DA�O CORPORAL

Sevilla, 1995

 


B. Mapelli Caffarena (1)

 

(1) Catedr�tico de Derecho Penal de la Universidad de Sevilla (Espa�a).


 

INTRODUCCI�N

Tradicionalmente la regulaci�n del delito de lesiones se ha encontrado estrechamente vinculada a la idea de la acci�n f�sica que origina un da�o f�sico. Hasta la reforma de 1989 y de forma reiterada en los sucesivos C�digos se consideraba que comet�an el delito de lesiones quienes her�an, golpeaban o maltrataban de obra y las lesiones se med�an por los da�os som�ticos causados -deformidades, p�rdida de un miembro u �rgano, impotencia, ceguera, etc.-, s�lo y como una excepci�n a ese conjunto de da�os f�sicos se reconoc�a la imbecilidad como eventual resultado de las lesiones punibles. Si bien la imbecilidad como la idiocia tienen una manifestaci�n som�tica incuestionable.

 

Semejante regulaci�n del delito de lesiones aferrado a una estructura puramente objetivista parece justificado, en primer lugar, por razones de �ndole procesal, como una f�rmula para resolver la diab�lica probatio que necesariamente se plantea cuando se trata de valorar los da�os psicol�gicos. F�rmulas, por otra parte, cuyos or�genes remotos est�n en las Lex S�lica germ�nica que exig�a el derramamiento de sangre o en nuestro Fuero Real que entraba en una minuciosa descripci�n del da�o de cada una de las falanges de los dedos para determinar la gravedad de las lesiones. Todav�a a principios del XIX el conocido penalista italiano Carrara obsesionado por la materializaci�n del da�o trataba de justificar la ampliaci�n de las lesiones a los da�os morales porque �stas entra�aban un cambio f�sico en el cerebro por m�s que la ciencia no hab�a evolucionado lo suficiente para detectarlo, de la misma manera que la acci�n moral que daba origen a la lesi�n moral merec�a y pod�a castigarse porque precisaba de un movimiento f�sico. Pero tambi�n y, en un segundo plano esta vinculaci�n de la lesi�n a la idea del menoscabo f�sico arrancaba de una concepci�n individualista de la persona caracterizada como un conjunto de �rganos fisiol�gicamente coordinados.

 

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