EDITORIAL

Pasados ya quince meses desde la aparici�n de esta revista, y habi�ndose superado ampliamente las expectativas que el propio consejo de redacci�n inicial, compuesto s�lo por tres personas, y, l�gicamente, teniendo unas miras m�s cortas que las que ahora mismo pueden trazarse, se hab�a propuesto, llega el momento de hacer una reestructuraci�n tanto de las personas que la dirigen como de las formas y contenidos de la misma, y no porque las cosas no marchen, que marchan bastante bien, sino porque el volumen de trabajo y el ritmo actual de crecimiento as� lo imponen. Es preciso profesionalizar, a�n dentro del amateurismo editorial que tenemos, cada una de las funciones, y delimitar los campos de actuaci�n de cada uno de los miembros, de forma que no existan solapamientos innecesarios entre las diversas actuaciones, y la transparencia, sobre todo en lo referente a lo econ�mico, debe ser norma fundamental en la gesti�n de la revista. Por ello, a partir de la salida a la calle de este n�mero, se realizar�n los cambios pertinentes para que nuestro ritmo de crecimiento siga manteni�ndose e incluso increment�ndose. Vaya desde aqu� nuestro agradecimiento a cuantos de una u otra forma han colaborado al nacimiento y crecimiento en su primera infancia de estos Cuadernos.

Por otra parte, queremos comunicar a nuestros lectores que, dado el �xito alcanzado por el primero, estamos comenzando a preparar un segundo n�mero especial monogr�fico, que en esta ocasi�n tratar� sobre la drogadicci�n, y en el que intentaremos tratar la mayor parte de los puntos de vista sobre la misma, tanto toxicol�gicos como psiqui�tricos, de prevenci�n, tanatol�gicos, etc., por lo que los art�culos que se vayan recibiendo sobre este tema, ser�n revisados a�n m�s concienzudamente que los dem�s, y reservados para dicha publicaci�n, que saldr� a la luz cuando el volumen y la calidad de los trabajos lo permita, que, calculamos, ser� dentro de unos tres o cuatro n�meros.

Finalmente, queremos destacar, adem�s de varios interesantes art�culos sobre diversos temas que aparecen en esta revista, como el del Consentimiento informado, que no pudo ser incluido en el n�mero monogr�fico de Responsabilidad profesional por haberse recibido fuera de plazo, el estudio sobre la diferente legislaci�n sanitaria mortuoria en las distintas Comunidades Aut�nomas, la epilepsia postraum�tica, el ingreso involuntario de pacientes psiqui�tricos en la provincia de Badajoz, o el estudio criminal�stico del homicidio en la provincia de Orense, la consolidaci�n de dos secciones fijas de indudable inter�s: el Archivo de casos del Instituto Nacional de Toxicolog�a, y la Prueba Pericial, dirigidas respectivamente por el Dr. Garfia Gonz�lez, jefe de la secci�n de Anatom�a Patol�gica del INT, departamento de Sevilla, y el letrado D. Jos� Enrique V�zquez L�pez, que no escatiman esfuerzos y dedicaci�n para dejarnos en cada n�mero parte de su sabidur�a.

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