EDITORIAL

La misi�n del m�dico forense, hoy como ayer, sigue siendo la de ilustrar a los jueces en todos los problemas relacionados con la biolog�a que puedan presentarse, en inter�s de una mas recta administraci�n de Justicia. El puntal b�sico en que se apoya esta alta misi�n es el conocimiento cient�fico de los diversos problemas, que pueden estar, y de hecho, suelen estar, alejados de la pura ciencia m�dica, de la ciencia encargada de curar, de ah� la necesaria especializaci�n.

A nadie se le escapa que lo vasto del conocimiento m�dico, aun siendo tan poco lo que conocemos, no es mas que la suma de los conocimientos de cuantos nos han precedido, la colecci�n de los errores y los aciertos de todos los m�dicos, alquimistas, boticarios, naturalistas, que antes que nosotros han pasado por el planeta y han dejado su pensamiento y su experiencia en una tablilla de arcilla, un papiro, un pergamino o un trozo de papel.

El acopio f�cil que hemos hecho de todos estos conocimientos, simplemente adquiriendo y leyendo un libro o una revista, o asistiendo a unas conferencias, no se justifica en el precio pagado y en el esfuerzo mental realizado; tenemos la obligaci�n moral de comunicar a cuantos vengan detr�s nuestras casu�sticas y nuestras experiencias, y as� lo manifiesta el actual C�digo de �tica y Deontolog�a M�dica aprobado por la Asamblea General de la OMC en su art. 33.2 al decir que los m�dicos compartir�n sin ninguna reserva sus conocimientos cient�ficos, y en su art. 38.1 al afirmar que el m�dico tiene el deber de comunicar prioritariamente a la prensa profesional los descubrimientos que haya realizado o las conclusiones derivadas de sus estudios cient�ficos.

Quien tenga algo que comunicar, �qui�n no?, lejos de los posibles honores y beneficios que el fumar en una publicaci�n pueda reportar, simplemente cumple con la obligaci�n que como hombre y como m�dico tiene para con los que vengan tras �l y para con los que con �l conviven, la de contribuir a que el conocimiento se desarrolle en inter�s de una sociedad mas justa.

En cuanto al contenido de este tercer n�mero de Cuadernos de Medicina Forense, adem�s de nuestras ya habituales secciones de notas de opini�n y comentario de libros, incluimos varios art�culos de evidente inter�s para los m�dicos forenses , e incorporamos una nueva secci�n de corte mas "legal", a la que hemos llamado "Prueba pericial", a cargo de un prestigioso letrado, en la que se analizan sentencias en relaci�n con los problemas mas habituales de nuestra profesi�n y aquellas en las que ha sido relevante para el fallo el dictamen del forense. Tambi�n a�adimos una secci�n en la que se recoge la �ltima legislaci�n de posible inter�s medico forense aparecida en el Bolet�n Oficial del Estado. En pr�ximos n�meros, si nos es posible, procuraremos seguir creciendo al ritmo que lo venimos haciendo e ir a�adiendo todas las secciones que nos fueron sugeridas en la encuesta del primer n�mero.

Volver